¿Y por qué voy a hablar yo del Sindicato de Estudiantes? Verán, tiene su explicación:
El otro día estuve viendo el nuevo programa “Curso del 63” de Antena 3. Un nuevo formato que nunca se había visto en España y que viene muy al pego dada la situación de la educación actualmente. Pero a mí ya me parece algo exagerado. Se han buscado unos “alumnos” que ni aposta: llorando porque les cortan el pelo, quejándose por no poder llevar el cuello de la camisa levantado, tirándose al suelo porque les ponen lentejas… Es increíble, de verdad. La solución para estos adolescentes es una buena “manta palos”, y no es que yo esté a favor de la violencia, pero cuando me han tenido que dar, me han dado y a fe que se quita mucha tontería.
Pero no voy a hablar de este “reality show”. Si ustedes vieron la primera entrega, se dieron cuenta de que después hubo un debate sobre la educación, y uno de los integrantes era el presidente del Sindicato de Estudiantes, el cual empezó en su primera intervención (para romper el hielo) con palabras como “represión”, “maltrato”, “dinero para los banqueros”, “falta de libertad” y cosas del estilo.
Lo primero que me llamó la atención fue que este hombre perteneciese al sindicato de estudiantes. Se puede dar la casualidad de que aparente más años de los que tiene, puede ser, pero es que parecía el sobrino del encofrador de las pirámides de Egipto. Lo segundo que me resultó curioso, fue que, ante la respuesta del periodista Antxón Urrusolo, que era otro integrante del debate quien le dijo que él no sabía lo que era la falta de libertad y la represión dado que no había vivido ese tiempo, volvió a contestar con lo mismo, remarcando otra vez la frase “…el dinero se va para los banqueros”. Que no sé yo que pintan los banqueros en la educación y sin que nadie los sacase a relucir antes…
Me fui a acostar, porque no eran horas para estar levantado, y menos con gente así en la tele. Y al día siguiente, agarré mi ordenador, me sumergí en el inmenso mar llamado Internet y llegué al puerto que andaba buscando: la web del Sindicato de Estudiantes.
Si alguno de ustedes tiene la oportunidad de entrar, hágalo. ¡Qué barbaridad! Nada más entrar ves dos estrellas rojas (que tú ya vas y piensas: la estrella de Heiniken no creo que sea), conforme vas bajando, ves noticias un tanto “sospechosas”: “Madrid: Dos alumnas expulsadas 15 días del Instituto por defender la educación pública” (en esta noticia, dice que fueron expulsadas por mantener una “mirada desafiante” y una “sonrisa cómplice” con un profesor. Estuve leyéndome luego después un par de periódicos y la noticia era que estas dos alumnas le habían pegado al profesor por echarlas de clase. Otra fue “Solidaridad con el pueblo hondureño y contra el golpe de estado” (esta última tiene que ver poquito con los estudiantes) y ya para culminar “Novo goberno do PP, novos ataque á Educación Pública” (no hace falta traducción.)…
Y no se queda aquí la cosa: en la columna de la derecha, se pueden leer anuncios tales como: “Afíliate al sindicato” con una mano empuñando un lápiz y una llave inglesa; “Que nadie te impida ejercer tu derecho a huelga”; “Defiende tus derechos. Legaliza el sindicato de estudiantes en tu instituto”; “Lee, compra y difunde prensa marxista revolucionaria: Militante”. Y también se anuncian libros: “El Manifiesto Comunista”, “El Che, vida de un revolucionario”, “El hijo del obrero a la universidad. No al plan Bolonia”, “Contra el fascismo”…
Yo me quedo flipando. Si este es el Sindicato de Estudiantes, está claro que a mí no me representa, porque esto es un partido político, con ideales que no se los creen ni los de IU. Cuando comenzó este sindicato era de la falange y ahora, comunistas… Tontos unos, tontos los otros. Y encima, cobrarán subvenciones.
Ya para terminar, iba a poner algo sobre el Nobel de la Paz a Obama, pero se lo dejo a mi compañero Fernando… Pero si voy a dar mi opinión: lo único que ha hecho para merecérselo fue el estar con las hijas de Zapatero sin salir corriendo y sin comportarse de manera agresiva… que eso, para mí, tiene mucho mérito.
¡Hasta luego, Lucas!
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