Cuando Francisco Julián Coso, director de Cadena Ser Valdepeñas, me ofreció escribir este artículo sobre la Semana Santa en los jóvenes, la verdad es que no supe qué contestarle. No sé me ocurría que escribir, porque la verdad es que hay una gran distancia entre religión y juventud, en general.
Pero una vez ya puesto en el tema, empecé a recordar la cantidad de jóvenes que están metidos en hermandades y cofradías (empezando por el que escribe ahora mismo).
Un claro ejemplo de a lo que me refiero, son los costaleros. Más esfuerzo que el suyo no lo hace nadie. ¿Qué sería sin los costaleros? Gracias a ellos los pasos de Semana Santa realizan sus estaciones de penitencia.
No nos olvidemos tampoco de las bandas de música. Creo que nadie se puede imaginar una procesión sin música, sin esas marchas procesionales que crean esa atmosfera de solemnidad.
Cabe mencionar la cantidad de gente joven que participa de forma activa dentro de las hermandades y cofradías. Desde colocar un paso, hasta mantener una procesión ordenada. Cada vez se ve en las junta directivas más “savia nueva”.
Y por último, ¿cómo podría olvidarme de lo que he estado haciendo estos dos años de atrás? Si a cualquier persona le preguntas a qué huele una procesión, todas te contestarán lo mismo: a incienso… Ahí están los monaguillos, acompañando a los sacerdotes y perfumando el aire con ese aroma tan peculiar.
Ya solo falta que este año, la meteorología respete la salida de los paso procesionales, y no llueva mucho. Aunque visto como llevamos el año de precipitaciones, no sé yo.