viernes, 15 de octubre de 2010

El Ministerio de Cultura y la SGAE se quedaron sin web… ¡Y solo era un aviso!

El pasado 7 de Octubre, las web del Ministerio de Cultura y de (mi querida) Sociedad General de Autores, fueron atacadas por unos “ciberactivistas” llamados “Anonymous”.

Dicho grupo, tiene entre sus objetivos a la Asociación de la Industria de Grabación de Estados Unidos (RIAA) y a la Motion Picture Association of America (MPAA) a parte de la SGAE.

Media hora después del ataque a la web de Don Teddy y amigos, el Ministerio de Cultura reconoció que su servidor fue atacado también, aunque “se desconocen las fuentes”.

Por mucho que “desconozcas las fuentes”, visto lo visto, me parece que es bien seguro que han sido los mismos.

Y ahora, me da por pensar:

Punto 1: ¿Tiene que venir una “organización” de fuera de nuestro país a defendernos ante estos dos organismos? Es decir, gente que se dedica a molestar y a estorbar a asociaciones americanas, que lógicamente, tienen más peso y más importancia que las nuestras.

Punto 2: ¿No podemos ser nosotros quienes nos “revelemos” (entiéndase, que luego no quiero a gente con antorchas y horcas por la calle) contra el abuso que tanto la SGAE como el Ministerio de Cultura están teniendo?

Nos suben los precios de cualquier soporte digital (PC, DVD, CD, Pen Drive…) y nosotros, como mucho, alzamos la voz. Amenazan con cerrar webs de libre intercambio, nosotros, volvemos a alzar la voz, pero tampoco mucho, no sea que se moleste alguien. Mandan agentes de la SGAE a cualquier acto donde seguramente haya algo de música (aunque sea el tono de llamada de un móvil) y nosotros, para no perder la costumbre, alzamos la voz para quejarnos.

En fin, que la web “se petaron” el pasado 7 de Octubre, no pudieron hacer nada hasta que los de “Anonymous” pararon, y solo era un aviso…

Queda demostrado, que el día que quieran hacer “pupa”, pueden causar estragos en cualquier sitio.

viernes, 1 de octubre de 2010

Bazofia Televisiva.

¿Por qué me tiene que interesar a mí si cualquier famoso se echa novio o novia? ¿Qué mas me da a mi si la hija de Belén Estaban se come el pollo? ¿Por qué tengo que ver a cuatro personas que se hacen llamar “periodistas” discutiendo sobre si Fulanito de tal o Menganito de cual baja a comprar el pan en chándal? ¿Por qué me tiene que importar a mi si Penélope Cruz está embarazada? ¿Qué mas me da a mi la vida de la Esteban? ¿Por qué tengo que ver a Karmele bailando? ¿Por qué Jorge Javier Vázquez no se retira ya y deja a la televisión española que avance en calidad? ¿Por qué el Ministerio de Sanidad deja a Belén Esteban salir en la tele para que la veamos el resto de españoles?. En resumen: ¿Por que tengo que estar yo al tanto de la vida de los famosos? ¿Por qué Telecinco? ¿Por qué Belén Esteban?


Como ha quedado plasmado en el comienzo del artículo, no soy muy fan de los programas de cotilleo, bien sea en Televisión Española, Antena 3, Cuatro, Telecinco o cómo se quiera llamar la cadena, pero con lo que no puedo, lo que es superior a mis fuerzas, lo que me revienta y me pone de más mala leche que un pisto a medianoche es Telecinco. Su programación la podemos denominar “bazofia televisiva”. Todavía estoy por descubrir algún programa bueno... Porque ni cuando retransmiten deportes hacen algo bien. Sara Carbonero (que será muy guapa, y tendrá muy buen cuerpo) no tiene ni idea. Yo diría que Zapatero entiende más de economía que ella de fútbol.


Y lo que ya colmó el vaso de mi paciencia televisiva fue lo que el otro día ocurrió. Kiko Hernández, colaborador del programa “Salvame Deluxe”, una persona que participó en Gran Hermano, y que eso ha sido todo lo que ha hecho en su vida, salió del armario. Aquí ya me empiezan a chirriar las cosas: ¿Y qué? ¿A caso nos importa la inclinación sexual del este señor (por llamarle de alguna manera)?


A los pocos días, en el programa “Julia en la Onda”, presentada por Julia Otero, la conductora del espacio hablaba con su colaborador Ferrán Monegal (crítico televisivo) sobre los antes contado. En aquel espacio, que no llega ni siquiera a los 10 minutos, hubo declaraciones tales como estas: Ferrán Monegal: "¿qué nos importa a nosotros si es gay o heterosexual". Julia Otero: "A mí me da completamente igual que sea hetero u homosexual. Me da exactamente igual incluso que exista".


No sé si es que las declaraciones de Julia Otero (que dicho sea de paso, no es santa de mi devoción), son muy, muy fuertes, o es que yo ya no sé cuando las palabras son ofensivas o no.


¡Y cómo se puso Kiko! !Madre mía¡ ¡Pasó de Kiko a palomita en dos segundos! ¡Vaya cabreo que se pilló!


Resulta que a nuestro amigo Kiko Hernández (el cual no sabe ni hacer la “O” con un canuto) salió por peteneras con estas declaraciones: A Julia Otero: “Habla de ti en tu programa, de por qué te separaste, con quién te fuiste, con un chico o una chica...”, "No me extraña que estés en la radio porque cada vez que estabas en la tele se iba a pique las audiencias. Y te digo una cosa, me alegro mucho de haber nacido, y mi madre también. Yo no sé Julia si tu madre se alegrará de haberte tenido o no", "Está claro, los cultos se juntan con los cultos y nos ponen a parir a nosotros, la mierdecilla. Y digo yo, esos programas, ¡¿por qué hablan de nosotros?! Si somos la escoria, si somos lo peor. ¿Por qué tienen que mencionarnos continuamente?”. A Ferrán Monegal: “No te digo más cosas porque eres amigo de Jimmy Jiménez Arnau, pero vamos, si he salido del armario... podemos salir juntos".


Antes de terminar, quiero hacer hincapié en unas de las preguntas retóricas que el famoso Kiko, se hizo: “... Y digo yo, esos programas, ¡¿por qué hablan de nosotros?! Si somos la escoria, si somos lo peor. ¿Por qué tienen que mencionarnos continuamente?”.


Sé, como he dicho antes, que es una pregunta retórica, pero es que he de contestarle: Porque es lo que vosotros buscáis, sin más. Os gusta estar en boca de todos, que comenten vuestras vidas, para así, vosotros poder decir que si no os dejan en paz, que si os acosan... Poder haceros las víctimas y estar en el candelabro (como dijo otra de las “ilustradas” de nuestro siglo).


Porque si no quisierais que se hablara de vosotros, no saldrías en la televisión, y menos, en esos programas.