Algo se me escapa… ¿por qué siempre se dice que E.T.A. está acabada? Está claro que no… en dos días, dos atentados, más de 60 heridos y 2 guardias civiles que sin culpa ninguna se fueron para adelante.
El primer atentado, una furgoneta a las cuatro de la mañana al lado de un cuartel de la Guardia Civil y sin avisar (otras veces han tenido la “deferencia” de llamar primero), es decir, iban a buscar la masacre (de hecho, en unas llamadas intervenidas por la Policía se escuchaba “va a ser un petardazo más duro que el 11-M). Gracias a Dios, porque ahí tuvo que meter la mano Dios, no hubo muertos, solo heridos (tratándose de “eventos” de esta guisa, que haya heridos leves, no es nada).
En el segundo atentado, consiguieron lo que querían, mataron a dos Guardias Civiles en Palma de Mallorca con una bomba lapa en un coche… y había otra, que no explotó por un fallo en el temporizador… ¿y por qué no les explotó a los etarras en las manos?
Lo que si me gustó fueron las declaraciones varias que se dieron a raíz de estos sucesos, y sobre todo me quedo con dos:
1ª Jesús Martín Rodríguez Caro: “… son hijos de puta de madres inocentes”. Olé, olé y olé. Solo discrepo en una cosa: muchas madres de los etarras, no son inocentes…
2ª El secretario general del PP en el País Vasco: “… los vascos son buenas personas, y esta gente son unos mierdas que no son ni siquiera vascos. Ojala les hubiese explotado la bomba a ellos en las manos”. Claro está que no se le desea la muerte a nadie, pero antes estas declaraciones, subrayo las palabras de nuestro paisano José Mota: “sea”.
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(Un minuto de silencio)
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¡Hasta luego, Lucas!