viernes, 9 de octubre de 2009

Tanta corazonada se convirtió en infarto.

Gallardón no ha vuelto a ser el mismo. Llegó a España desde Copenhague y cuando su mujer, para consolarle, le preguntó que qué quería hacer, el dijo que no tenía ganas ni de hacer zanjas.

Menudo palo nos llevamos el viernes a eso de las siete de la tarde, cuando el señor Jacques Rogge abrió el sobre donde ponía que los Juegos Olímpicos de 2016 iban a ser llevados a cabo en Rio de Janeiro. Por un lado era de suponer, ya que los JJ.OO nunca se habían celebrado en Sudamérica. Y por el otro, todo el mundo conoce esa “ley no escrita” que dice que los juegos siempre van rotando de continente.

En la delegación de Madrid 2016 se vivieron momentos de gran tensión. El primero, cuando Chicago fue eliminado en la primera ronda. A Obama, en el “Air Force One” le comenzaron a pitar los oídos, y es que a nadie se le pasó por la cabeza que la ciudad natal del presidente de los EE.UU fuese eliminada a las primeras de cambio. Más cuando el mismísimo Barak Obama, presidente del país más poderoso del mundo fue a hablar a favor de la candidatura de Chicago. Incluso se saltó el protocolo para saludar a uno de los miembros del COI con derecho a voto. Yo no creo que le fuese a pedir que le apoyase en la votación, a mi me da que le fue a advertir: “si ves a las hijas de Zapatero, corre, no sea que te echen mal de ojo”.

Ya se está pensando en el proyecto para los juegos de 2020: Madrid 2020, tenemos una cabezonada. Y si eso no cuajase: Madrid 2024, tenemos una escopeta. Y si aún así, la mala suerte estuviera en nuestro lado: Madrid 2028, no va a quedar nadie vivo.

A mí me apena que Madrid no organice los Juegos Olímpicos del 2016. Ya tenía pensado, y se lo había comentado a mi compañero columnista Fernando, repetir el último año de carrera para quedarnos en Madrid y poder ver los juegos allí, pero como al final serán en Rio de Janeiro, le voy a comentar a Fer, a ver si podemos terminar la carrera antes, sacamos buenas notas, que nos cojan en algún medio en redacción de deportes y que nos manden a Brasil a cubrir los juegos. Aunque si tenemos que hacer dos cursos en uno, matarnos a estudiar y todo eso, mejor me espero al 2020, o al 2024, si total, no hay prisa.

El que si tenía prisa era José Antonio Samaranch, que pidió por favor que él quisiera ver unos juegos en su país, y que como ya tenía 89 años, los quería pronto (más que nada, porque si lo vas dejando y dejando…). Por poco si me emociono cuando lo escuché. Pero se conoce que no surtió el mismo efecto en los miembros del COI ¡qué gente más fría, no tienen sentimientos!

Y uno que mostró sus sentimientos fue mi gran amigo Joan Laporta, el que dijo que “es una pena que no se celebren los JJ.OO en España” y que “Madrid se merecía, por encima del resto, organizar los juegos en el 2016”. A mí me disculpen, pero no me lo puedo creer, ¿el mismísimo Joan Laporta lamentándose de que no hubiesen elegido a España? Me hubiese parecido más creíble si hubiese dicho “además, para el 2020, vamos a presentar a Sabadell como ciudad candidata”.

Y es que resulta, que a principios de la semana pasada, con todo el escándalo este que se ha montado respecto a los espionajes en la junta directiva del Barcelona, este personaje dijo, que se estaba intentando perjudicar al equipo de la Ciudad Condal y que las críticas venían de “cavernas mediáticas españolistas”. Pues mire usted, yo como aficionado al fútbol que soy, admiro (más de uno se debe estar frotando las manos con mis palabras) al F.C. Barcelona y a sus seguidores (tienen un equipazo), de hecho, tengo muy buenos amigos (que seguramente estén leyendo esto, y estén de acuerdo conmigo) que son del Barça, y fuera aparte de las bromas y piques que tenemos, ambos nos respetamos. Pero lo que no acepto, es a una persona que utiliza a un equipo como arma política, que está a favor de la independencia de Cataluña y que el día de la final de la Copa del Rey va y dice: “Ambos equipos son los mejores en sus respectivos países y ninguno de ellos es España”. ¿Pero a dónde vas Laporta? Es normal (y no las justifico) que recibas amenazas de muerte, es que vas provocando. Es igual que si yo me enfundo la zamarra del Real Madrid y me voy a la grada de los Boixos Nois, me mentan a mi madre, y me pegan más palos que a una estera… Vivimos en un país libre, pero hay cosas que no se pueden hacer, y si las haces, sabes que te traerán consecuencias.

Pues nada, que se tomen la pastilla post-COI-ta (ahora que está de moda)l y a seguir para adelante.

¡Hasta luego, Lucas!