viernes, 20 de noviembre de 2009

Sabina habló

"No me gustaría que este país lo gobernara la derecha, y menos esta derecha que tenemos". Con estas palabras, Joaquín Sabina coronó la entrevista que le hizo el diario “Público”.

Y se quedó tan ancho. Ahora, lo que yo me planteo: Vale, no nos gustaría que gobernara la derecha y menos esta derecha que tenemos, pero ¿nos gusta cómo nos gobierna la izquierda, y más la izquierda que tenemos? Porque vamos, Rajoy no es precisamente un gurú de la política, no nos engañemos. Pero ¿Zapatero? Ni para presidente de su comunidad de vecinos.

En España, últimamente hay mucha intransigencia. Es decir, gente que no admite que haya otras personas que piensen de otra manera. Se han convertido en apóstoles del pensamiento único. Todo aquel que se sale del camino recto de la “izquierda unida en lo Universal” es un facha cavernícola. La gente de derecha no tiene derecho a hablar, la Iglesia ya, ni te cuento. Solo tienen permiso para expresarse, como, cuanto y sobre lo que sea, la “gauche divine” (¡Hala ya tenéis deberes, sobre todo los de la LOGSE!). Y los de la ceja, que esos no sabemos si son de izquierda o de quien dé la subvención más suculenta.

¿Así es cómo queremos avanzar? Está claro que mientras que en España no seamos capaces de ponernos TODOS de acuerdo, y aceptarnos con nuestras ideas, las cosas no mejorarán. Ni en el terreno económico, ni en el social.

Lo que me sorprende es que aún poquito a poco, y a pesar de las “élites” que tenemos, España empieza a hundirse más despacio… No sé donde estará la solución, pero me parece que con un pequeño cambio en los altos cargos del PP y PSOE, la cosa se mejoraría bastante, es decir, Rajoy, Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega, Cospedal, Pepe Blanco, Rubalcaba… Todos a la calle. Y en este caso no se podría dar el dicho “alguien vendrá que bueno te hará”, porque no creo que haya nadie peor.

En fin, qué se le va a hacer.