viernes, 3 de julio de 2009

Muere el icono; nace el mito

El ser humano es curioso por naturaleza y todo lo queremos saber, cosa que no es posible. Luego, hay otro tipo de ser humano que cuando algo no lo sabe, se lo inventa. Creo que todos sabemos de lo que hablo, véase “Dónde estás corazón”, “Dolce Vita”, el bien desaparecido “Aquí hay tomate” y otros programas cuyo único propósito es descerrajar el nombre de alguna persona se lo merezca o no.

Pues esto pasa con el desaparecido “Rey del pop”, Michael Jackson. Desde el segundo uno en el que se conoció su muerte, ya se empezaba a especular que si asesinato, que si suicidio, que si estrés, que si estaba cansado de vivir, que si tenía muchas deudas y se quitó de en medio… ¿Y eso para qué vale? ¿Y qué nos importa? ¿No será mejor que nos acordemos de su carrera musical y dejemos a un lado su vida privada? Porque a nosotros, nos da igual que si estaba loco, que si tenía una deuda económica enorme, que si estaba acusado de pederastia… Como músico retirado que soy, si yo hubiese estado en su caso, me gustaría que la gente se acordase de mí por mi música y no por lo que yo hiciese de puertas adentro de mi casa.

Y esa es otra, a partir de esta semana, le van a empezar a sacar veintisiete hijos, treinta y ocho mujeres, cincuenta millones euros de deudas, aficiones a las cosas más extravagantes que existan… Y no se lo merece, simplemente es el afán de saber más y como no se puede, se inventa. ¡Qué más da! Todo sea echar un rato sentado en el sofá viendo como se meten con alguien.

Vamos a cambiar de tema, “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”. ¿Qué les parece lo del director del CNI, el señor Saiz? ¡Qué te han pillado chaval! Cuanto más lo oigo más gracia me hace. Tenía a dos agentes para limpiar su piscina… que me los imagino yo allí a los dos con sus gafas de buzo y sus tubos para respirar mirándose con cara de resignación y diciéndose: “tanta prueba física y tanta tontería para entrar en el CNI, para luego acabar limpiándole la piscina al jefe, ¡hay que fastidiarse!”

Pero la cosa no acaba aquí, también le compraba anualmente la cosecha de patatas a un familiar. ¡Yo también quiero familiares así! Madre mía… esto solo pasa en España… me vuelvo a imaginar a los dos agentes del CNI con sus correspondientes Cestas de Navidad llenas de patatas…

Otra de las meteduras de pata que tuvo Alberto Saiz Cortés, fue el espiar el teléfono de un amigo, para ver si la chica que tenía en casa limpiando lo usaba… que digo yo, ¿no es más fácil comprobar con la factura a fin de mes las llamadas que se han hecho?

Y ya para culminar también se le echa en cara el usar algunos medios públicos del servicio de inteligencia para irse de caza y pesca a países exóticos… que ya me imagino yo a los dos agentes con sus cestas de patatas y sus gafas de buceo diciéndole a sus respectivas mujeres: “que nos vamos a un país exótico, pero no de misión especial, sino que para acompañar al jefe a que pesque y a que cace…” Estoy seguro de que todos alguna vez en nuestra vida hemos soñado con ser agentes secretos… pero oír estas cosas es lo que a mí me quita la ilusión.

Menuda panda de James Bond tenemos en España. Estas cosas no se le ocurren ni a Zerolo…

¡Hasta luego Lucas!