viernes, 20 de abril de 2012

Una sería de catastróficas desdichas… Más una serie de impertinentes.


Las últimas horas del 5 de Abril, Jueves Santo, en Valdepeñas no llovía pero el cielo vacilaba desde la altura observándonos, esperando un solo gesto humano para castigarnos con ese preciado líquido que todos ansiamos hasta que cae. Las campanas de la iglesia sonaron, medianoche, 6 de Abril, Viernes Santo. Llovía. 


Mientras tanto en el Convento de los Padres Trinitarios comenzaba el revuelo, “llueve, llueve”, se oía. El miedo se empezaba a sentir en los ojos de los allí presentes. La mayoría de los miembros de la junta directiva de la “Real e Ilustre Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado y Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad”, o personas muy allegadas.  Comenzaba la noche, una muy larga para algunos, “La Madrugá”.

Creo que no hace falta explicar lo que ocurrió, porque todos lo sabemos, es la comidilla del pueblo ¿o no? ¿Todos lo sabemos? ¿Seguro? ¿O quizás hay mucha gente que no tiene ni idea de lo que aconteció pero habla como si hubiera sido el testigo número uno? ¿Es posible que algunos escucharan campanas sin saber dónde y va contando la anécdota como si hubiera estado en primera fila? Me temo que sí. Valdepeñas es un pueblo, nos guste o no y como tal, las “marujonas”, “cuchicheantes” y los “bocazas” abundan por las esquinas. La barra del bar, la cola del supermercado, la calle cuando nos paramos a saludar, la peluquería… Mentideros varios donde se habla de todo pero no se sabe de nada.

La amenaza de lluvia de las primeras horas de aquel 6 de Abril, más el agua que ya había caído, hizo dudar a la Junta Directiva de la hermandad sobre la salida de la procesión. Normal. Parafraseando a los compañeros de “EsValdepeñas Digital” (www.esvaldepenasdigital.com) usted se piensa mucho si sacar el coche el día que llueve para que no se le manche, pues imagínese una hermandad del tamaño de esta (sin querer menospreciar a ninguna otra) las vueltas que le tuvo que dar a su salida penitencial.

¿Suspender la procesión ante la amenaza de lluvia a pesar de que no cayera? Bien. La meteorología no es 2+2 y con el dinero que ahí hay, mejor no arriesgar. ¿Trasladar a la Virgen desde la plaza hasta el convento? Bien. Según explicó Francisco José Medina, Hermano Mayor de la hermandad, había que llevarse el Paso porque interfería la salida de las procesiones siguientes. ¿El modo de bajar a la Virgen? Para mi, mal. En mi opinión, el traslado se tenía que haber hecho con un tambor, para que diera el ritmo y punto. Sin banda y sin nazarenos. El hecho de que se cantaran saetas no fue culpa de los organizadores de la procesión. ¿Ustedes que habrían hecho, habrían seguido andando? El paso de las mujeres de trono tuvo que ser lento, con el suelo mojado se escurre una y se hubiera montado un accidente enorme. Además el palio era muy grande y rozaba con algunos de los cables que cruzan la calle. No se pudo sacar con ruedas porque se encontraban en la Casa de Hermandad y entre ir a buscarlas y montarlas se les hubiera ido hora y media. Hora y media que no sobraba aquella noche.

Sobre que no se sacara a Jesús y no se pudiera realizar el saludo, como dijo el Hermano Mayor en los micrófonos de Onda Cero, fue porque la escalera estaba llena de gente, incluso de sus propios hombres de trono, a los que se les pidió que no se quitaran.

Los mismos hombres de tronos que profirieron (no todos, algunos) todo tipo de insultos a los miembros de la Junta Directiva, incluso en días posteriores. Si yo tuviera mando en esa hermandad, les aseguro que la mitad estaban ya en la calle. Ese no es el espíritu de una cofradía, y menos en Semana Santa. Es vergonzoso tener que ver eso. En la conciencia de cada uno queda, si tan cristianos son como para llevar a Jesús a hombros lo deberían ser para comportarse con el prójimo, pero lo dicho, a la calle, por incompetentes, bocazas y maleducados (conste que no es un insulto, es descripción). Eso no es devoción.

En cuanto a los comentarios de la gente, ni caso. Y ya lo he dicho más de una vez en estas hojas, más vale parecer tonto y estar callado que abrir la boca y despejar la duda.

Mi apoyo a Paco (me permitan que lo llame así, él sabe el afecto que yo le tengo, que no es poco), a su familia y a su junta directiva. Se obró bien, salvo por pequeños detalles, no todo se puede hacer perfecto.. He estado en una hermandad, también en los “altos mandos” y sé lo que cuesta sacar una procesión.

Nunca llueve a gusto de todos (nunca mejor dicho).

viernes, 13 de abril de 2012

El obispo.


Quédense con el nombre: Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares. Recuérdenlo, porque no es la primera vez que habla, y si sigue con su tónica, no será la última.

Les pongo en situación. Este hombre, por llamarlo de alguna manera, en los oficios de Viernes Santo arremetió contra la homosexualidad y el aborto. Sobre lo segundo, vale, aun hay muchas opiniones enfrentadas, pero que la homosexualidad siga apareciendo en la prensa por ser víctimas, es para nota, en pleno siglo XXI.

Aquí el amigo asoció la homosexualidad con prostitución y con ideologías que “corrompen a las personas”. Cito textualmente: “Quisiera decir una palabra a aquellas personas que hoy, llevados por tantas ideologías, acaban por no orientar bien lo que es la sexualidad humana, piensan ya desde niños que tienen atracción hacia las parejas del mismo sexo y a veces para comprobarlo se corrompen y se prostituyen. O van a clubes de hombres. Os aseguro que encuentran el infierno”. Y sobre el aborto, entre otras cosas, comentó a los allí presentes que las mujeres que abortan “no pueden dormir por el pecado”.  Seguro que es por eso, por el pecado, el hecho físico de abortar seguramente les de igual. El pecado es lo que les importa.

Las palabras de este señor muy posiblemente no hubieran transcendido si no fuera porque esa misa la estaba emitiendo “La 2” de Televisión Española. ¿Qué hace la televisión pública emitiendo una misa? o mejor dicho, ¿por qué se emiten misas en TVE? ¿No es España un país laico y aconfesional? Ya lo veo ya… O se emiten todas las religiones, o ninguna, y estoy por ver rezos en la Meca, o ceremonias judías, o misas evangélicas. Nada de nada…

Y volviendo al tema,  al gran Juan Antonio Puig Pla le está saliendo club de fans, sobre todo periodistas. Esta gente da juego, mucho. Te permite rellenar noticias, editoriales, portadas, columnas… De hecho, en este aspecto, este hombre es un alma caritativa porque desde 2009 nos viene dando perlas como hacer una misa en homenaje a los muertos en Paracuellos del Jarama junto a una bandera preconstitucional. En 2010 aseguró, sin temor a equivocarse, que los matrimonios católicos son menos dados a la violencia de género que las pareja de hecho. En 2011, y ya cogiendo el tema de la homosexualidad, publicó en la web de su diócesis una guía de pautas a los homosexuales que quisieran “un cambio”. Según rezaba ese documento: “Tienen esperanza de transformar sus vidas”.

Menos mal que el cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, rebatió a su colega de profesión diciendo que “son personas como las otras y merecen toda la dignidad”.

Mi primera pregunta es, ¿qué le lleva a un obispo, en plena homilía un Viernes Santo, hablar de la homosexualidad? A ver si hay temas, y tuvo que elegir ese. Se conoce que tenía ganas de meterse en un jardín.

Segunda pregunta, ¿aún nos asombramos de que la iglesia vaya perdiendo adeptos con el paso del tiempo? Con cosas así no me extraña. De hecho, lo más normal es que aparezcan enemigos.

La próxima vez que este hombre abra la boca, que Dios nos pille confesados.