viernes, 2 de octubre de 2009

La discriminación positiva se convierte en lo que es: discriminación, y de cómo el Grupo de Teatro “Lorenzo Medina” vuelve a impresionar.


Yo no es que sea machista y ni mucho menos feminista. Considero que las cosas, o se hacen bien, o no se hacen. Por eso me hace mucha gracia la “Discriminación Positiva”… Son términos totalmente opuestos, es como decir “muerte y buena”, “asesino y santo”, “chocolate y dieta”, “belleza y Paquirrín” o “Zapatero y reelección”…

En su día, y para ser “políticamente correctos” se usó el termino discriminación positiva para calificar a los, vamos a llamarlos, “favores” que se le hacían a las mujeres en post de intentar erradicar la discriminación (negativa, supongo yo). ¿Cómo vas a borrar la discriminación, si la tapas con la positiva? ¿O acaso quieren ganarse los votos de las mujeres?

Hablo de esto, porque la pasada semana salió la noticia de que La Academia de Cine Español le va a dar ayudas a las mujeres directoras para que puedan sacar adelante sus películas. ¿Y eso por qué? Quitando, que en mi opinión, el cine español es igual de malo sea dirigido por un hombre o por una mujer. ¿Por qué hay que darles ayudas a las mujeres? ¿No se le da ya demasiado dinero a la industria del cine español para que encima haya que ayudar a las mujeres? A este paso, en vez del nombre de la película, va a salir al comenzar: “Zapatero and Friends Productions presents:…” De verdad, no entiendo por qué hay que ayudar a las mujeres en el cine… Porque si me dijeses que ese dinero va a las trabajadoras de la construcción, o a empleadas en fábricas en definitiva: que cobren lo mismo que los hombres (porque siguen cobrando bastante menos en la mayoría de los casos… ¿dónde está la discriminación positiva ahí?) ¿Tendrá algo que ver que la ministra de cultura sea mi querida Ángela González-Sinde?

Hairspray

Y para terminar con esta columna, solo una cosa tengo que decir: Broadway se trasladó a Valdepeñas el fin de semana pasado… Y ¿acaso no dije que era una obligación ir? ¿No lo dije?

Qué clase, qué maestría, qué voces, qué interpretaciones, qué danzas, qué música, qué director musical. Porque si hubo alguien que se lo pasó mejor que yo fue él, el director de la orquesta: don Sergio Pedrera. ¡Qué saltos! Mirarle la cara en plena actuación era ver la felicidad hecha carne…

Y es que Carlos Barrios, como Edna (en la peli salía John Travolta, pero porque no conocían a Carlos), Inma Gutiérrez (“ir a la audición es el sueño de toooda mi vida”) como Tracy, Irene Barrios (¡vozarrón!) como Penny, Pablo Sánchez como Link, José Luis Rubio como Wilbur, Gabriel Sánchez (¡ese negro!) como Seaweed, Elena Valero (¡que niña más repelente! Jajaja) como Amber, Lourdes Sánchez-Archidona (la mala malísima) como Velma, Nuria García-Pardo (la Queen Latifah de Valdepeñas) como Maybelle y Héctor Caro (patrocinado por laca súper-fijadora) como Corny Collins, junto con un maravilloso elenco de bailarines, cantantes y músicos (si pongo todos los nombres el jefe me mata), comandados por Nuria García-Pardo y José Luis Sánchez hicieron las delicias de todas las personas que fueron a ver el musical.

Si se lo perdieron, lo sentimos, pero como esta gente siempre está en marcha, espérense unos meses, que pronto volverán a sorprendernos.

¡Hasta luego, Lucas!

PD: Carlos, “¡con la porra no, con la porra no!”



Fernando y yo con el director de la orquesta: Sergio Pedrera


Fernando y yo con Edna (Carlos Barrios) y Seaweed (Gabriel Sánchez)