El CEC (Consejo Escolar de Cataluña) le ha dado vía libre a Ernest Maragall (consejero de educación) para que cambie “Navidad” y “Semana Santa” por “Vacaciones de Invierno” y “Vacaciones de Primavera”. Esta propuesta se recoge en un documento firmado por asociaciones de padres y madres, sindicatos de docencia y agentes del sector empresarial (todos ellos forman el CEC), lo más grave es que esta propuesta está aceptada por acuerdo mayoritario de los asistentes.
Vamos a ver, que a mí se me escapa algo. ¿Es que no tienen nada qué hacer? ¿Tanto se aburren para salir con estas tonterías? De verdad, cuando leí la noticia me quedé a cuadros. Una cosa es que España sea un país laico, que hasta ahí, todos deberíamos estar de acuerdo y otra cosa es venir con estas patochadas.
Porque además, estoy seguro, de que los hijos de esas personas reciben regalos la noche del 5 de Enero, y seguramente el 25 de Diciembre también. Eso sí que me parece a mí una gansada y además mayúscula: Papa Noel. Un invento de la Coca Cola, que además es americano no sé por qué tiene entrar en España. Que yo sepa a Estados Unidos no van los Reyes Magos… Bueno, a donde íbamos. Estoy seguro que los hijos de todos los que han firmado la propuesta de cambio de nombre reciben regalos. Y se juntan con la familia a cenar el 24 y a comer el 25. Y que yo sepa es tradición religiosa, es decir, que si queremos quitar el nombre de Navidad, por hacer referencia al catolicismo porque España es un país laico, tenemos que tener en cuenta también lo malo: no hay regalos, no hay cena, no hay comida y no hay vacaciones. Lo que pasa, es que a los retro-progres les gusta criticar mucho criticar la religión y la intentan cambiar, como en este caso con sinfustadas muy grandes.
No solo es que le quieran quitar el nombre, también quieren cambiar los días a otras fechas para que así los alumnos puedan disfrutar de unas “vacaciones laicas”. Los días que se cambien, pero que no desaparezcan. ¡Qué listos! ¡Al perder un día festivo creo que están!
Me preocupa que haya gente que se pare a pensar en estas tonterías, habiendo cosas más importantes en las que fijarse. Como se llame una fiesta da igual, lo importante es cómo cada uno quiere tomarsela. Bastante mal le sentaría a más de uno quedarse sin los días libres de la Navidad. Es gracioso ver que han querido cambiar el nombre, y no quitar la fiesta. A todos nos gusta despertarnos sabiendo que no hay que ir a trabajar o estudiar ese día, mirando por la ventana, viendo los copos caer… Eso quizás es bastante yankee para mi gusto.
Y a ver qué problema le verán a la Navidad. Las familias se juntan, se respira un ambiente especial por la calle, cenas en abundancia (este es uno de los puntos fuertes para mí de la Navidad) con la familia, intercambias regalos, no tienes que ir a trabajar… Lo único que no me gusta es la lotería ¿A ver a quién le vendo yo para quitarme este taco? No sé qué hacer con él: ¿Quieres? Jajaja.
¡Hasta luego, Lucas!
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