Antes, no había LOGSE ni LOE ni Santas Pascuas. Había una regla, una pila de libros en una esquina y se seguía una idea clara y sencilla: “la letra con sangre entra”. Y no es que yo lo defienda, ni mucho menos.
Ahora, todo lo contrario, tenemos una ley de educación según dicen bastante floja (mi opinión como estudiante me la reservo), unos alumnos con más derechos que los profesores y unos padres que como les toquen a sus hijos “¡ay, ay que no saben lo que hacen!”.
De esta manera, es fácil que pase lo que pasa. ¿Qué a su hija le llaman la atención porque está corriendo en el comedor de una escuela de la Comunidad de Madrid? ¿Quién es el profesor para decirle a su hija lo que tiene que hacer? Pues va el papi que quiere mucho a su niña y le pega delante suya… Muy logrado… Fuera aparte de que esté bien o mal (cosa que no se discute, está mal), la nena le pierde el respeto a la directora si ve que su padre le pega… Me gustaría a mí ver que el día de mañana sucede algún incidente con la Corredora de Pasillos en una excursión, y que al padre, al pedir explicaciones le dijese la profesora: “Es que, como la última vez que le dije a su hija que no corriese en el comedor escolar, usted me pegó, no quise decirle que no cruzase la M-30 sola… me dio miedo”. Me gustaría ver la cara del padre…
Y es normal, que con todo esto, la presidenta de la Comunidad de Madrid (y amiga intima de Alberto Ruiz Gallardón) la Señora Aguirre, quiera darle más autoridad a los profesores. Si bien me parece que la autoridad no es algo que tenga que otorgarles la administración a los profesores, es algo que los usuarios de este servicio, tanto padres como alumnos, deben sentir de forma personal y sin que nadie lo ordene, al fin y al cabo un profesor es el que enseña y forma al futuro del país… Ya que les pongan tarimas y cosas de estas… me parecen tonterías… El estar por encima de la clase no hace que se respete más a un profesor.
¡Hasta luego, Lucas!
PD: Por fin he conseguido escribir un artículo sin meterme con Zapatero… jajaja